Nadie que haya superado la treintena puede no recordar a Michael Jackson como una de las principales figuras que en los ochenta invitaban a los jóvenes a dejar la Coca Cola y unirse a los más cool, que bebían Pepsi.
El músico fue fichado por Pepsi por primera vez en 1983 para grabar un famoso spot titulado New Generation.
A principios de 1980, el mundo se dividía entre los que bebían Pepsi y los que bebían Coca-Cola. Por aquel entonces, Pepsi había llevado a cabo la exitosa campaña ‘New Generation’, con la que había conseguido desmarcarse de su rival apostando por un enfoque dirigido a los jóvenes, donde se erigía como la alternativa fresca y desinhibida de su máximo rival
Jackson firmó con Pepsi por cinco millones de dólares. Instantáneamente se convirtió en la campaña de marketing más cara de la historia. Según los estándares de hoy, la campaña parece bastante normal, pero el alcance fue inaudito en 1983: dos anuncios (uno en 1983, otro en 1984), una aparición pública en una conferencia de prensa y patrocinio de Jackson.
El cantante, después de haber visto los guiones gráficos tenía sus propias estipulaciones: quería que su canción, Billie Jean, se usara en lugar del single de Pepsi y no quería que su cara fuera mostrada durante más de cuatro segundos. En cambio, Jackson se comprometía a mostrar sus manos, envueltas en guantes de diamante, sus pies bailando y su perfil. MTV ofreció mostrar el anuncio gratis si tenían una exclusiva.
Después del lanzamiento del primer anuncio de Pepsi de Jackson en 1983, se comprobó que la campaña funcionó. Un año más tarde, Pepsi tuvo unas ventas estratosféricas y un enorme aumento de presencia en los mercados. El objetivo, según Coleman, «era hacer que Pepsi se viera joven y que la Coca se viera vieja», y al elegir a Michael Jackson, Pepsi lo había logrado.