Font Vella y Lanjarón, pertenecientes a Aguas Danone, y distribuidas en Canarias por Ahembo, han recibido el certificado ‘B Corp’ por su compromiso «con la comunidad y el entorno natural», así como por cumplir «los más altos estándares» de desempeño social, transparencia pública y responsabilidad legal, convirtiéndose en las primeras aguas europeas en hacerse con él.
Así lo anunciaron el director ejecutivo de B Lab España, Pablo Sánchez, y el director general de Aguas Danone España, François-Xavier Lacroix, que ha destacado que este reconocimiento es «el motor» para continuar con la transformación social de ambas marcas.
«Ser una empresa ‘B Corp’ supone un nuevo reto que nos lleva a incluir los Objetivos de Desarrollo Sostenible en nuestras cuentas de resultados, dar un propósito a nuestras marcas y seguir mejorando para contribuir a un futuro más sostenible», ha matizado Lacroix.
Desde el movimiento ‘B Corp’, creado en 2007 y que cuenta con 3.000 empresas de 60 países, consideran que las compañías tienen capacidades que van más allá del crecimiento de su riqueza económica y abogan porque sean «agentes del cambio positivo», impulsando el crecimiento de la «riqueza social».
Así, Sánchez ha explicado que el objetivo que se persigue es combinar ambas riquezas para remediar el impacto corporativo de los últimos 40 años, que ha contribuido «en buena medida» a la crisis social y climática actual.
«Necesitamos que las grandes compañías adopten estos compromisos porque su capacidad de atracción, de liderazgo, de inspiración y de ejemplo contribuyen a que esta solución sea una solución a gran escala», ha subrayado.
Asimismo, ha confesado que ser una empresa ‘B Corp’ «no es fácil» porque la evaluación, que se centra en cinco áreas de negocio de la compañía a través de más de 300 preguntas, es «rigurosa y compleja» y requiere «compromiso, dedicación y esfuerzo» para que se puedan superar los estándares fijados.
Aguas Danone, además, ha comenzado ya su trabajo para convertir a Font Vella y Lanjarón en marcas con cero emisiones netas entre 2025 y 2030 respectivamente, asegurando el uso responsable de la calidad y la cantidad del agua y midiendo las emisiones de CO2 que se generan durante el proceso de producción.